Una nota fuera del marco principal
Por qué no podía simplemente alejarme—y qué tuve que enfrentar en su lugar.
La primera vez que encontré contenido sobre narcisismo, me salvó la vida.
Me dio palabras para una experiencia que no podía explicar. Puso nombre al daño invisible. Validó mi dolor.
Me ayudó a sobrevivir a una relación que casi me hizo perderme en la oscuridad.
Me ayudó a entender el sistema profundamente tóxico en el que crecí—y también a entender por qué he permitido tanto abuso en mi vida.
Pero incluso entonces, algo dentro de mí no acababa de encajar.
Porque por mucho que aprendiera sobre el narcisismo—no podía rendirme en tantas personas cercanas a mi, personas a las que quiero con todo my corazón pero que—cuanto más sanaba yo, más agresivas se volvían en mi contra.
No podía reducirlos a una etiqueta.
He visto la bondad dentro de ellos.
La curiosidad. La chispa. El humor.
He visto cómo se apagaba—pero no cómo desaparecía.
Y si soy completamente honesta:
Yo también me he comportado como una narcisista.
No por diagnóstico.
Sino en mi forma de actuar. En mi energía. En mi supervivencia.
Pasé por la vida con intensidad y fuego, hiriendo a personas que se preocupaban por mí—no porque quisiera hacerles daño, sino porque yo misma me estaba ahogando.
No sabía cómo frenar.
No sabía cómo quedarme cuando sentía que no me entendían.
Solo estaba intentando escapar del duelo que llevaba cargando desde niña.
Por eso construí The Emotional Blueprint. Porque necesitaba entender todo—no solo lo que me hicieron los demás, sino también lo que hice yo.
El odio fue parte de esa sanación.
Subió dentro de mí como fuego—y por primera vez, me permití sentirlo plenamente sin vergüenza. Porque leí que el odio existe por una razón.
Aparece cuando algo está profundamente mal—cuando se cruza un límite, cuando tu sentido de identidad está siendo borrado.
Desde pequeña aprendí que el odio era algo malo, que sentir odio significaba que yo era “mala”.
Pero cuando me permití sentirlo de verdad, cuando dejé que el odio se moviera a través de mí, y empecé a entender por qué estaba ahí—encontré algo debajo:
Duelo.
Claridad.
Y el deseo de protegerme.
La mayoría no sabemos qué hacer con el odio.
Nos asusta. Así que lo proyectamos. Nos lo pasamos los unos a los otros debajo de modales, críticas y vmxccc.
Terminamos hablando de “personas malvadas” y “monstruos”
como si hubiera una línea clara de cómo se transmite el dolor.
Como si existieran los “buenos” y los “malos”, y fuera fácil separar quién merece compasión y quién no.
Pero el dolor no se transmite en línea recta.
Se enrosca. Se esconde. Se disfraza de poder, de frialdad, de perfección. Y muchas veces, las personas que más daño causan… también fueron niñas o niños que nunca pudieron llorar lo que les rompió.
Durante los últimos seis meses—alejada de todos los que me causaron un daño profundo—y mientras creaba The Emotional Blueprint desde cero, he observado de cerca mi propio comportamiento, y bien cómo algunas personas que amé—niños amables y sensibles—se han convertido en adultos fríos y manipuladores.
He visto cómo la negligencia emocional, el control y la vergüenza deforman el sistema nervioso.
He visto cómo se forman las máscaras.
Cómo se endurece la supervivencia.
Cómo el amor es reemplazado por el poder.
No creo que todas las personas que llamamos “narcisistas” sean villanas.
Sí—hacen cosas terribles.
Sí—debemos nombrar el daño que causan.
Sí—tienen que rendir cuentas.
Y sí—la recuperación real de sus víctimas solo es posible con conocimiento profundo y verdad.
Y sí—existen narcisistas patológicos (creeme, no me cabe ninguna duda), personas cuyo comportamiento es tan extremo, tan carente de remordimiento, que representa un peligro real para quienes les rodean.
Pero aquí viene lo más difícil:
La mayoría de “narcisistas” son personas cuyo sistema emocional se ha colapsado.
Han apagado la empatía para poder sobrevivir.
Han aprendido que el mundo premia el control. Y cuando la manipulación, la mentira y la dominación emocional no se confrontan—se aferran aún más a ellas.
Algunxs tienen diferencias funcionales en el cerebro. Algunxs han heredado traumas profundos. Algunxs están simplemente emocionalmente congeladxs. Pero incluso así—
Lxs narcisistas sí sienten.
Sienten dolor.
Sienten vergüenza.
Sienten emoción, celos, incluso deseo.
Pero solo pueden sentir sus propias emociones. No pueden digerir las tuyas.
Porque eso significaría enfrentarse al daño que han causado—y para alguien que construyó toda su identidad alrededor de un yo falso, ese tipo de verdad se siente como la muerte.
Su mundo emocional es un circuito cerrado.
Todo se siente como una amenaza.
Y el único tipo de seguridad que conocen es el control.
Esto es lo que yo creo:
Necesitamos entender cómo funciona nuestro sistema emocional.
Necesitamos ver cómo el trauma y la supervivencia moldean el comportamiento—el nuestro y el de los demás.
Necesitamos asumir responsabilidad—sin vergüenza, sin negación, y sin guerra.
Así es como rompemos el ciclo.
No excusando el daño.
No escondiéndonos detrás de la espiritualidad para evitar el dolor real.
Sino atravesándolo por completo.
Si empezamos a sanar desde la comprensión—desde una responsabilidad real sobre lo que hemos hecho y lo que hemos vivido—ya no necesitaremos convertirnos en guerreros alimentados por el odio.
Podremos salir de la guerra que nos han ido pasando de generación en generación.
Y por fin comenzar algo nuevo.
Con cariño y gratitud,
Anna Paretas
Glasgow, 17 de junio de 2025
👉 Lee también: Carta de la autora
Estas dos páginas son la únicas que están traducidas al español por ahora.
Si quieres colaborar para que TEG-Blue esté disponible en español, puedes ayudar aquí:
Gracias por tu apoyo.
Cada gesto cuenta. Cada voz suma.
Este proyecto también puede ser tuyo.
Explore Next:
This space is for the ones who don't gatekeep. Who learn out loud. Who value emotional safety over performance. We’re not here to be perfect— we’re here to grow, together.
The Emotional Gradient Blueprint (TEG-Blue™) © 2025 by Anna Paretas
Licensed under CC BY-NC-SA 4.0
This is a living document. Please cite responsibly.
🌐 emotionalblueprint.org ┃ 📩 annaparetas@emotionalblueprint.org